NUEVAS FUSIONES A LA VISTA

Llevamos meses quejándonos de la incertidumbre y parece que la incertidumbre ha llegado para quedarse. Apenas hemos acabado el doloroso proceso de negociación de eso que llaman “la 2ª reestructuración”, no hemos empezado siquiera con la armonización de las condiciones laborales de las cuatro cajas, estamos en mitad de la integración operativa en BMN cuando ya las noticias y rumores anuncian nuevos cambios, nuevas fusiones.

Tenemos poca información y de la que disponemos ninguna ha sido dada por nuestra gerencia. Apenas tenemos la facilitada por los medios, que en su mayoría son filtraciones interesadas de alguna de las partes. O que son “chismes.com” donde, con mayor o menor conocimiento y siempre con mala leche, se ataca al ajeno, se defiende al propio, se propagan rumores maliciosos o simplemente se inventan para poder venderlos. Es la moderna selva informativa reinventando los chismes de toda la vida.

Y no tenemos más que rumores porque en este proceso oscuro y opaco, en este nuevo modelo al gusto de los mercados, los trabajadores/as no pintamos nada, no hay necesidad de contar con nosotros aunque luego seamos las primeras víctimas de sus decisiones. Instalados  en la vorágine, las novedades son continuas. No sabemos si conoceremos el arreglo final en unas horas, en unos días o en alguna semana.

Existen pocas posibilidades de cruce porque han ido desapareciendo actores y ya quedan sólo 4 (Liberbank, Unicaja, Ibercaja y BMN). Antes del terremoto de Bankia parecía hecha la fusión BMN-Liberbank, negociada con criterios muy profesionales (primero eres tu presidente unos años porque eres más viejo y luego te vas y yo me quedo con todo).  El Gobierno, por el contrario, prefería la fusión de los 4 pero eso parecía complicado porque requería poner de acuerdo a  los 4 señores. Sin embargo, desde la semana pasada lo que se daba por seguro ha dejado de serlo. Ahora unos dicen que la patada a Rato es un aviso a estos cuatro, que el Gobierno está decidido a  echarlos y que la nueva entidad la presidirá el ínclito Manuel Pizarro (lo que le faltaba al altarico…). Otros dicen que no, que ahora resulta que da miedo hacer un nuevo monstruo tipo Bankia que pueda acabar igual,  que mejor cada una de las dos entidades fuertes (Unicaja e Ibercaja) absorba a una de las débiles (Liberbank y BMN). Volvemos a encontrarnos con la pega de las poltronas porque esta solución removería las de Egea y Menéndez. Como siempre por la prensa nos acabamos de enterar de que la reunión de los cuatro presidentes con el Ministerio prevista para el lunes 14 se ha suspendido. Cualquiera sabe porqué, habrán pensado ahora otra cosa.

Siguiendo el hilo de esta mala telenovela financiera, escarbando entre las cosas que nos cuentan para que nos las creamos, vamos encontrando a su pesar algunas certezas. Por ejemplo, que está claro que BMN no seguirá su singladura en solitario, que tenemos una fusión a un plazo inmediato o instantáneo y que lo del Banco de Valencia eran fantasías y engañifas.

También es cierto que en estas composiciones y planes de futuro mandan los intereses personales de unos cuantos individuos. Personajes siniestros del pasado que se sientan a jugar a las cartas sin importarles lo más mínimo que detrás haya vidas y haciendas. Son cuatro tahúres jugando en su beneficio con el  futuro y el pan de miles de familias.

No asombra menos en esta historia la improvisación, la falta de criterio y de modelo que parecen tener todos los actores de este cuento, empezando por el Gobierno. Llevamos demasiados años de crisis como para que no sepan todavía lo que van a hacer, para que anden cambiando de idea casi a diario, hoy una cosa y mañana la contraria. Parece que los poderosos que han llevado el tema, el Banco de España el primero, sólo tenían  dos objetivos claros: acabar con las cajas y que su negocio (previamente saneado con dinero público) termine en manos de cuatro capitalistas de los de verdad. Han conseguido lo primero y se están afanando en lo segundo.

Y paradojas del cruel destino, volvemos adónde solíamos, al fantasma de Unicaja, al  recelo por el solapamiento de redes que podría suponer un segundo desmantelamiento de lo que fue Caja Granada y que se sumaría al actual desmantelamiento del Cubo. Pero nos han hecho pasar tanto que ya no sabemos lo que es mejor. Si al final buscan la fusión de todos con todos mejor será que lo hagan de una vez y no que nos tengan de proceso en proceso que es como decir de recorte en recorte. Si tiene que llegar que llegue ya.

Por lo dicho, por la codicia, maldad y silencio de los que nos han arrastrado a esta amarga situación es lógico que estemos más que indignados, endemoniados. Pero la verdad es que el cabreo no servirá de nada si nos limitamos a sufrirlo en silencio. Es necesario que nos movilicemos  en todos los ámbitos y niveles y que exijamos una salida social a la crisis. Una salida en la que las personas no sean daños colaterales y que se vayan quedando en el camino como parados, desvinculados a la fuerza, jóvenes sin futuro, viejos sin presente o trabajadores sin derechos. Pero además hay que exigir que los responsables de este desastre no sean los que gestionen la solución. Que no se limpien en las cortinas cobrando enormes cantidades de dinero por seguir dirigiendo lo que ellos mismos han destrozado. Es de justicia que no sigan beneficiándose de sus errores y que paguen con el descrédito y el paro (otros además con la cárcel)  el daño y el sufrimiento que le han provocado a miles y miles de personas.

Y dentro de la empresa, la de ahora y la que venga, el disgusto y el cabreo debe transformarse en una movilización y afiliación masiva y activa. Como arriba decíamos, la incertidumbre ha llegado para quedarse y la única medicina que la puede aliviar es la unión de los trabajadores/as. Te animamos a  que si no lo estás ya, te afilies. PORQUE EN ESTOS TIEMPOS NO ES BUENO ESTAR SOLO. En este panorama incierto y duro en el que casi no es posible hacer planes a pocos meses vista, tu Sección Sindical de UGT (que no es más que la suma de los trabajadores/as afiliados/as) no se arrugará ante nada ni ante nadie en la defensa del trabajo y la dignidad laboral y es nuestro único asidero firme en medio del temporal.