Han transcurrido dos
meses desde el acuerdo de homologación suscrito por la mayoría sindical y BMN
en el que en otras muchas materias se regulaba el préstamo social para empleados, cierto es que dicho préstamo solo modificaba
al del Convenio Colectivo en el importe, hasta 60.000.-€, y la obligatoriedad
de garantía hipotecaria si el préstamo es a más de 8 años. Estos préstamos se habían caracterizado por su agilidad en la
tramitación y en muy pocos días estaban concedidos.
Pues bien, hace más
de un mes que detectamos que los expedientes desde primero de año estaban
paralizados en Riesgos. Puestos en contacto con los responsables de
Administración de RR. HH., se nos dice que se estaban ultimando las minutas de
estos préstamos y que en pocos días estaría resuelto el tema. Ahora parece que el problema está en que
nadie toma la decisión de cual debe de ser el tipo de interés en caso de que el
empleado deje de serlo.
Si esta decisión la
tienen que tomar en RR. HH., en Asesoría Jurídica, en Riesgos o los responsables
comerciales, a los trabajadores nos da exactamente igual, lo que queremos es
ejercitar nuestros derechos que nos proporciona
la negociación colectiva. Y si no
lo tienen claro que le pasen la decisión
al Consejero Delegado o al Presidente, que seguramente no tendrán cosa mejor
que hacer. Este tema tiene que estar resuelto ya.
¿Esta es la
eficiencia de la que BMN
se jacta?, claro que no es lo mismo
eficiencia que eficacia como se demuestra en el tema de los préstamos de
empleado. El pasado viernes todos los empleados recibimos un correo con una
información, según la cual BMN con un 40,02 de
ratio de eficiencia se ponía a la cabeza del ranquin con respecto al resto de
entidades financieras. Y esto está
muy bien, pero si leemos la información en su integridad, veremos a costa de que y de quienes ha recaído el peso de este nivel de eficiencia. Si
entendemos la eficiencia como la relación entre los gastos y los ingresos de un
banco. En BMN se ha reducido la plantilla en un 52% como consecuencia de tres
EREs, la venta de CaixaPenedes, prolongaciones de jornada que no se pagan,
suspensiones de contrato, reducciones de jornada, reducción de salario,
externalización servicios, suspensión y pérdida de derechos (ascensos,
trienios, pérdida de derechos sociales, etc. etc.), llegamos a la conclusión de que, como siempre, este ratio de solvencia
se sustenta sobre los hombros de los trabajadores de BMN. La reducción de los
gastos de personal ha sido brutal en estos últimos tres años. ¿Ha sido igual en
la otra parte de la ecuación: El aumento de los ingresos?
Esperemos que para
este año 2014, se siga bajando este ratio, pero esta vez, que sea a costa de: Los bonus de la alta dirección, los alquileres millonarios de los Servicios Centrales de Madrid
(Recoletos y aledaños no es precisamente una zona de alquileres baratos), los
descabellados gastos en transporte y gastos para los compañeros que van
semanalmente a Madrid y al mismo tiempo
los edificios en Granada, Murcia y Palma con aspecto fantasmagórico.
Los Servicios Centrales deben
de estar donde está el negocio,
si desde Bruselas han impuesto que BMN se circunscriba a sus áreas
tradicionales de negocio (Andalucía Oriental, Levante y Baleares). ¿Qué pintan los Servicios Centrales en
Madrid? Una decisión a este respecto también contribuiría a bajar el ratio
de eficiencia.
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