UGT BMN-Andalucía: CADENA DE PAVORES

viernes, 11 de noviembre de 2011

CADENA DE PAVORES


Se acerca fin de año, el cierre del ejercicio y los nervios, las presiones y los malos humores habituales desde que nuestros directivos nos condujeron a esta tierra prometida de leche (mala) y miel (d…) del BMN, se acentúan, si eso es posible.
Los compañeros en la Red no paran de sufrir presiones para cubrir objetivos y campañas, para vender pisos, seguros, recuperar mora y demás. Muchas veces con no muy buenas maneras, exigiéndoles trabajar fuera de jornada, incluso con veladas amenazas sobre su futuro laboral.
Sería bueno que, para variar, alguien pusiese un poco de calma, de cálculo, de estrategia y de profesionalidad en todo esto. El miedo, como cualquier persona sensata sabe, paraliza, aturde y, a la larga, desmotiva.
Sabemos que cuanto más arriba, más miedo tienen por su futuro, porque la tropa siempre es aprovechable. Por eso la presión sigue la línea descendente desde la Subdirección de Negocio, Director Territorial, Director C. de Zona, Directores y estos a los compañeros que se encuentran frente al público y que tienen que hacer tremendos esfuerzos psicológicos para que la ola de miedo y desconcierto, la cadena de pavores, muera en ellos y no trascienda a los clientes.
Disimular no es fácil, porque los clientes terminan por reparar en que no se han cubierto las plazas dejadas por nuestros compañeros que se han ido prejubilando desde enero; ni se cubren las bajas producidas por enfermedad, ni prematernales, con duración en algunos casos de muchos meses. El servicio acaba por resentirse y eso sí que debían tenerlo en cuenta los directivos por encima de cualquier consideración.
Junto a la creencia en que las viviendas nunca bajan de precio, se ha roto otra de esas seguridades eternas, la de que la Caja anda sola hagamos lo que hagamos. Eso sí que nos plantea un reto a todos y cada uno en función de su capacidad y de su nivel de responsabilidad. Sin embargo, los altos directivos, en vez de apoyar a la Red desde sus competencias con mejores productos, más competitivos, con apoyo comercial, defendiendo las aplicaciones que funcionan sin dejar que retrocedamos décadas, sólo se dedican a reprender, reñir y amonestar a los compañeros. Como si un mal producto se pudiese colocar echándole más horas. Ese mundo ya no existe. A lo que hay que echar más horas y, sobre todo, más talento, es al diseño del producto, a la dirección, a la coordinación.
Es necesario abandonar la estrategia de correr como pollos descabezados, en todas direcciones, hoy a la derecha, mañana a la izquierda; hoy dejamos que se vaya el pasivo porque no podemos retribuirlo más y al mes las instrucciones son que captemos pasivo más caro que el que dejamos ir.
En UGT sabemos que hay mucho talento entre nosotros. Falta quienes sepan aprovecharlo, quienes no se sientan amenazados por el talento ajeno.

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