tenido como consecuencia la
descapitalización a marchas forzadas de una buena parte de las entidades
financieras, en particular de las cajas de ahorro y los bancos de cajas, que ha
dado lugar a una intervención de Bruselas en forma de inyección de capital a
las entidades más debilitadas.
Pero esa inyección no sale gratis,
está condicionada a una descabellada reducción de la capacidad operativa de las
entidades (cierre de oficinas) y una descomunal reducción del número de
trabajadores del sector.
Ante esto son ya varias las
entidades, que han llegado a acuerdos con sus trabajadores (Bankia, Banco de
Valencia, Novacaixa Galicia, etc) y que gracias a las movilizaciones de los
trabajadores (paros, encierros,
manifestaciones y huelgas) sin ser
buenos acuerdos, si han cubierto los mínimos exigibles y razonables.
Cabe preguntarse que ha pasado y quiénes
son los responsables, para que las cajas
en cuatro años hayan pasado de ser la “joya de la corona” a los “apestados de
la cloaca más inmunda”. Y estos no son otros que unos Gobiernos que no supieron
ver y atajar a tiempo el exceso en inversión inmobiliaria. El Banco de España,
que como supervisor, no detectó o no quiso detectar los excesos que se estaban
produciendo en un gran número de cajas y como no los Consejos de Administración
y los Comités de Dirección de las entidades que nos han metido en este
desaguisado y que ahora quieren ir de salvadores.
Desde luego los trabajadores no
nos podemos sentir en absoluto responsables, pues lo único que hemos hecho es
cumplir con nuestra obligación de llevar a cabo desde “las trincheras” las
políticas erráticas marcadas desde la
dirección de la caja o banco.
Y que pasa con BMN una vez que conocemos la inyección
de capital público de 730 millones de €. Pues lo primero que muestra la
dirección es su satisfacción de que continuará el comité de dirección. Y que
los trabajadores estemos tranquilos, pues ellos siguen, nosotros ya veremos.
Tras anunciar el plan de reestructuración, nos encontramos con una propuesta de
cierre 107 oficinas y la eliminación de 863 empleos.
UGT está en absoluto desacuerdo
con esta descomunal cifra de despidos. No obstante queremos tener una actitud
negociadora, que de lugar a una importantísima reducción de estas cifras.
Creemos saber por donde va la
empresa y a UGT no nos gusta
absolutamente nada. La plantilla de BMN apenas da ya para
“prejubilaciones” es decir ya apenas hay empleados de 55 o más años, entonces
en donde piensan cortar. Pues claramente en todos los empleados, tengan la edad
que tengan. Ya nadie puede estar seguro (salvo el equipo directivo).
Por ello, ahora los empleados de
BMN tenemos que estar más unidos que nunca, aquí nadie se salva. También a los
sindicatos con representación en BMN se nos debe exigir unidad de acción en
defensa de los intereses de los trabajadores. Pero si llega el caso y las
negociaciones se estancan o no llegan a buen termino, necesitaremos que todos
los trabajadores/as estemos juntos para
hacer frente a la
empresa. Solo con vuestro respaldo y con vuestra
participación en las posibles movilizaciones que se tuvieran que convocar,
tendríamos la suficiente fuerza para hacer frente a las pretensiones de la
empresa.
Tenemos experiencia en la
negociación de eres, ertes, traslados, etc y lo hemos demostrado en las dos
negociaciones anteriores, es cierto que en esta ocasión tenemos la espada de
Damocles de la Reforma Laboral
del Partido Popular,
pero:
SI QUIEREN MOVILIZACION. LA
TENDRAN
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